La llamada

Desde el martes que me hicieron las pruebas no he dejado de pensar que si todo estuviese bien no me hubieran hecho tantas pruebas, pero a la misma vez cuando lo comentaba con mi círculo más cercano todas me decían que habían pasado por los mismo en alguna ocasión y que era siempre el mismo protocolo. Así que me tranquilizaba escuchar que era algo normal y yo misma me autoreñía por tener pensamientos negativos.

Dos días pasaron desde las pruebas cuando recibo la llamada de clínica. Era el doctor que me atendió durante las pruebas de imagen. A la espera del informe oficial, me adelantó que se trataba de un tumor malo y que había que operar. Mientras me explicaba, aguanté la estocada sin llorar y reservando ya con él hora para un TAC al día siguiente. Fue colgar y el mundo se derrumbó a mi alrededor. Tuve la suerte de que mi marido estuviese a mi lado en ese momento y juntos nos abrazamos. Me desahogué llorando hasta que mi cuerpo se recompuso y tener fuerzas para ir a recoger a las niñas a casa de mis padres.

Es curioso, pero tenía miedo de contárselo a mis padres. No sabía como iban a reaccionar. Ellos, lo único que sabían es que me había hecho unas pruebas y que yo andaba preocupada porque mi sensación no era buena. Pero mi madre me animaba diciéndome que no pasaba nada, que lo que me habían hecho era rutina y que todo saldría bien. Así que cuando llegué a casa y mi padre abrió la puerta, arranqué a llorar sin que ninguna palabra saliese por mi boca. Lo único que pude decirle entre sollozos era que ERA MALO.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Primera Quimioterapia

Radioterapia acabada!

Resultados tumor y post-operatorio