Una vuelta al cole amarga
El día 12 de septiembre me tocaba ir a hacerme la ecografía, justo el mismo día que empezaban los niños las clases y también primer día para mis hijas en P5.
El día se presentaba normal. Fui a trabajar y desde allí directamente a hacerme la eco. La idea era volver durante la mañana al trabajo pero no fue así.
Mientras el doctor me realizaba la eco, veía en la pantalla como iba capturando diferentes imágenes del nódulo y de la axila. Hasta ahí todo bien, pero poco me duró la tranquilidad. El doctor me preguntó si en este tiempo me había hecho alguna mamografía y que si tenía antecedentes de cáncer de mama. Este tipo de preguntas, me alteraron un poco. Le contesté que no me había hecho nunca una mamo ya que por edad no me las hacían y que nadie en mi familia tenía cáncer de mama, sí otros tipos pero no de mama. Tras acabar la eco me comentó que sería recomendable hacer una resonancia y que si me podía quedar más tiempo. ¿CÓMO? SI YO SOLO VENÍA A HACERME UNA ECO Y YA ESTÁ!
Le pregunté qué si veía algo raro y su respuesta fue que prefería hacerme más pruebas porque no lo acababa de ver claro y que además parecía que un ganglio de la axila estaba inflamado, así que ya me anticipó que me haría resonancia, mamografía y biopsia. No pude contenerme y rompí a llorar delante de él. Me consoló diciéndome que no me preocupase que era una reacción normal, que no pasaba nada, que sólo quería asegurarse de que todo estaba bien.
La resonancia fue con contraste. Era la primera vez que me hacían esa prueba. Tuve que colocarme boca abajo con los pechos en dos agujeros y mientras me ponían la vía y me introducían en el tubo, me puse a llorar en silencio. Yo misma me intentaba calmar diciéndome, pero por qué lloras, tonta? si no te han dicho nada y tu ya pensando lo peor! Hasta que por el altavoz de la máquina escuche: "Estás respirando demasiado fuerte, trata de calmarte y no te muevas".
Tras la resonancia, tocó hacer la mamografía en ambos pechos. Tengo que decir que no noté dolor alguno en dicha prueba. Mucha presión en los pechos pues la plataforma te los chafa pero es aguantable. Mientras esperaba en la sala de esperar para que me citasen de nuevo para la biopsia, me volvieron a repetir la mamografía de la mama derecha.
La siguiente prueba fue la biopsia. Tengo que reconocer que iba algo más asustada pues se trataba de una técnica que a través de una aguja te extraen tejido del bulto para posteriormente llevarlo a analizar. Para ello, el doctor me puso anestesia local y me hizo 6 punciones en la mama con la aguja gruesa y con la fina me extrajo líquido linfático del ganglio inflamado de la axila. Al final resultó ser una prueba nada dolorosa pues te duermen la zona y al irse la anestesia lo único que ves es como un moratón alrededor, que ya es normal.
Tras la mañana en la clínica, ahora tocaba esperar a los resultados, normalmente 7 días para que los analice el patólogo.
El día se presentaba normal. Fui a trabajar y desde allí directamente a hacerme la eco. La idea era volver durante la mañana al trabajo pero no fue así.
Mientras el doctor me realizaba la eco, veía en la pantalla como iba capturando diferentes imágenes del nódulo y de la axila. Hasta ahí todo bien, pero poco me duró la tranquilidad. El doctor me preguntó si en este tiempo me había hecho alguna mamografía y que si tenía antecedentes de cáncer de mama. Este tipo de preguntas, me alteraron un poco. Le contesté que no me había hecho nunca una mamo ya que por edad no me las hacían y que nadie en mi familia tenía cáncer de mama, sí otros tipos pero no de mama. Tras acabar la eco me comentó que sería recomendable hacer una resonancia y que si me podía quedar más tiempo. ¿CÓMO? SI YO SOLO VENÍA A HACERME UNA ECO Y YA ESTÁ!
Le pregunté qué si veía algo raro y su respuesta fue que prefería hacerme más pruebas porque no lo acababa de ver claro y que además parecía que un ganglio de la axila estaba inflamado, así que ya me anticipó que me haría resonancia, mamografía y biopsia. No pude contenerme y rompí a llorar delante de él. Me consoló diciéndome que no me preocupase que era una reacción normal, que no pasaba nada, que sólo quería asegurarse de que todo estaba bien.
La resonancia fue con contraste. Era la primera vez que me hacían esa prueba. Tuve que colocarme boca abajo con los pechos en dos agujeros y mientras me ponían la vía y me introducían en el tubo, me puse a llorar en silencio. Yo misma me intentaba calmar diciéndome, pero por qué lloras, tonta? si no te han dicho nada y tu ya pensando lo peor! Hasta que por el altavoz de la máquina escuche: "Estás respirando demasiado fuerte, trata de calmarte y no te muevas".
Tras la resonancia, tocó hacer la mamografía en ambos pechos. Tengo que decir que no noté dolor alguno en dicha prueba. Mucha presión en los pechos pues la plataforma te los chafa pero es aguantable. Mientras esperaba en la sala de esperar para que me citasen de nuevo para la biopsia, me volvieron a repetir la mamografía de la mama derecha.
La siguiente prueba fue la biopsia. Tengo que reconocer que iba algo más asustada pues se trataba de una técnica que a través de una aguja te extraen tejido del bulto para posteriormente llevarlo a analizar. Para ello, el doctor me puso anestesia local y me hizo 6 punciones en la mama con la aguja gruesa y con la fina me extrajo líquido linfático del ganglio inflamado de la axila. Al final resultó ser una prueba nada dolorosa pues te duermen la zona y al irse la anestesia lo único que ves es como un moratón alrededor, que ya es normal.
Tras la mañana en la clínica, ahora tocaba esperar a los resultados, normalmente 7 días para que los analice el patólogo.
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